domingo, 21 de octubre de 2012

TIPOS DE PERSONALIDAD BASE


El Iracundo1. El iracundo
(que algunos autores prefieren llamar "perfeccionista", "reformador", o "emprendedor", según el énfasis puesto en uno u otro aspecto de la personalidad, mientras que otros se limitan a llamarle "patrón uno" de comportamiento) parte de un cierto nivel de resentimiento, pero no suele ser una persona violenta, sino perfeccionista y obsesiva, apegada a las reglas y a cómo debería ser el mundo. La inflexibilidad es uno de sus rasgos. Su ira contenida hace que, paradójicamente, suela mostrarse como persona educada y, a veces, flemática.
El Orgulloso2. El orgulloso ("ayudador", "altruista", "colaborador", "auxiliador", o "patrón dos"), no es el tipo de personas que conocemos como orgullosas, sino altamente emocional, seductor e inmerso en un mundo de falsa abundancia que se manifiesta en un exceso de dadivosidad y adulación, tal vez de excesivo amor superficial, a la espera de reciprocidad, casi nunca pedida. Suele querer ser centro de atención, por lo que, a veces, resulta algo histriónico.
El Vanidoso3. El vanidoso ("motivador", "ejecutor", "luchador", "triunfador", "mantenedor del status", "productor", "ejecutante" o "patrón tres") no tiene por qué ser una persona atildada, sino fundamentalmente pendiente de la mirada ajena para recibir aprobación y conformar de este modo una identidad. Suele adaptarse como el camaleón, siempre sensible al cambio del viento y a los colores del entorno. Su meta podría ser estar de moda o triunfar en cualquier medio social.
El Envidioso4. El envidioso, ("artista", "romántico", "individualista", o "patrón cuatro") basado en la melancolía y en la insatisfacción permanente, sufre para evitar la recriminación, la competencia y la responsabilidad. Suele encontrarse a gusto en el papel de víctima. Por su extremada sensibilidad es capaz de captar el sufrimiento ajeno, solidarizarse incluso con él y, por ello considerarse a veces superior en su fuero interno, pues sabe que los demás no pueden alcanzar tan fácilmente su profundidad de sentimientos.
El Avaro5. El avaro ("pensador", "observador", "investigador" o "patrón cinco") parte de un falso desapego, que limita la expresión de sus emociones al mínimo, así como sus relaciones sociales. Suele ser indiferente a la crítica y a la alabanza ajenas, ya que le cuesta tanto dar como recibir. Su aspecto exterior es distante y frío. En el fondo busca el conocimiento a través de la observación y el análisis, pues se encuentra más a gusto en el mundo mental que en el universo de los sentimientos o en el plano de la acción.
El Miedoso6. El miedoso ("leal", "abogado del diablo", "soldado", "héroe", "escéptico", "solucionador" o "patrón seis") le gusta controlar su entorno, anticipar todos los problemas, tener las soluciones de antemano, para no verse sorprendido. Basado en una cierta cobardía y desconfianza ante el mundo, algunas veces se convierte en un "valiente compulsivo" que huye hacia delante como actitud contrafóbica frente a lo que teme. Inseguro y desconfiado puede convertirse en un racionalista que duda de su propia duda. Suele poseer un fino olfato para detectar la falsedad, el engaño y la mentira.
El Goloso7. El goloso ("generalista", "epicúreo", "optimista", "visionario", "aventurero" o "patrón siete"), que tiene como base la planificación y la autoindulgencia, no lo es principalmente de comida, sino de experiencias, de amistades y de conocimientos. Huye fundamentalmente del dolor, por lo que suele intentar ser positivo y tener solución para todo. Optimista por naturaleza suele encontrar el lado ventajoso de cualquier situación, perdiéndose así la riqueza del lado oscuro de la luna.
El Lujurioso8. El lujurioso, ("jefe", "desafiador", "protector", "cabecilla", "asertivo" o "patrón ocho"), basado en la venganza y el castigo, parece el más antisocial de todos los caracteres; suele caracterizarse por su impetuosidad arrogante y su ausencia aparente de sentimiento de culpa. Para él, la vida no tiene sentido sin intensidad. Se encuentra mejor en la acción que en la reflexión y puede llegar a ser un excelente líder al que los que le rodean seguirán por su arrojo.
El Indolente9. El indolente o perezoso ("pacificador", "mediador", "amante" o "patrón nueve") no es forzosamente una persona inactiva, sino que antepone las necesidades de los demás a las propias, ya que se ha acostumbrado a "olvidarse de sí" en una especie de insensibilización a su propio dolor. Sobreadaptado y complaciente, se le reconoce por su servicialidad compulsiva. Son excelente mediadores, pues soportan con dificultad el conflicto y la confrontación.



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